CAPÍTULO 18: LUJURIA A PRIMERA VISTA
Lujuria a primera vista porque lo del amor ya no cuela. Parece que pueden existir los flechazos pero eso sólo son idiotas que deciden no querer estar más solos.
A primera vista lo único que puedes tener claro es ese deseo sexual, verle con traje y preguntarte como quedaría encima de tu silla o en el suelo de tu habitación.
A primera vista no puedes saber si será un simple y literal idiota, o si tendrá un problema de dependencia a las drogas o, peor, a su familia.
A primera vista no sabrás si quiere un perro o un gato, al no ser que lleve uno puesto.
A primera vista no sabrás si viste así o ese día se levantó con ganas de hacer algo diferente. O si estaba depresivo y lleva la misma ropa con la que durmió durante tres días.
A primera vista no sabrás si quiere casarse o tiene problemas con el compromiso.
A primera vista no sabrás si sus pedos apestan y son abundantes o hasta su sudor huele a 212.
El tío que te tiré un café encima no será Brad Pitt ni se disculpará pagando una camisa nueva, el tío con el que te choques y te tire los libros al suelo no será tu futuro marido porque seguramente vaya emporrado y ni se entere.
A primera vista ves una imagen de alguien que podría no ser la real.
A primera vista no existe el amor.
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